lunes, 7 de junio de 2021

Chana, "La Maestra"

1. Tuve la fortuna de vivir mi infancia entre el campo y la ciudad. En la década de los 70, Mala, en la isla de Lanzarote, era un pueblo pequeñito (perteneciente al municipio de Haría), dedicado a la agricultura de secano y a la cochinilla. Y en mis recuerdos siempre está la figura poderosa de Sebastiana "Chana" Perera, maestra de una escuela unitaria como tantas otras de la España rural. "La Maestra", la llamaban, con mayúsculas, como título de respeto. Chana era una de las pocas mujeres que no se dedicaba solo 'a sus labores' en aquellos tiempos, y su presencia, fuerte, vital, suscitaba admiración (y envidia) entre sus iguales en el pueblo.


2. Nacida en Mozaga (Lanzarote) también asistió a una escuela unitaria; el bachillerato hubo de hacerlo en la capital y tuvo que ir a Gran Canaria para estudiar Magisterio y, al terminar la carrera, comenzó la docencia. Obtuvo su plaza en Mala en 1971 y allí educó a sus niños antes de dar el salto a la política insular en los años 80; estuvo al frente de la Consejería de Educación y Cultura (creando el Plan Insular de Acción Sociocultural que estuvo vigente hasta hace poco) y trabajó en el proyecto de creación de la Feria Insular de Artesanía en las Fiestas de Los Dolores, que aún continúa en pie, más de treinta años después. Más tarde, llegó a ser la primera mujer en el archipiélago en presidir un Cabildo (entidad administrativa insular, entre municipio y provincia) (y durante décadas, la única). 

Pero volvamos a Mala. Allí, siendo "La Maestra", creó la Asociación de Vecinos, creó también el grupo de teatro Tinamala, consiguió (por pura persistencia) que el Ayuntamiento de Haría arreglara el colegio y lo ampliara con jardines, cancha de baloncesto y parque infantil (que, por cierto, no estaban vallados, y eran de acceso libre para todo el chiquillaje y juventud cualquier día del año), el embellecimiento de las vías públicas, la adquisición del terreno donde se edificó (mucho más tarde) el primer centro de salud del norte de la isla, el acondicionamiento de la piscina natural para disfrute del pueblo, revitalizó las fiestas de Las Mercedes... Más tarde, cuando su período político terminó, regresó a su plaza docente en Mala, y creó la Escuela de Padres antes de su jubilación y en 2003 fue nombrada Personaje Distinguido del Municipio de Haría.

Hoy, con más de ochenta años, Chana sigue activa, y es actualmente presidenta de la Asociación Milana, que trata de salvar la cultura de la cochinilla, que fue la principal economía del pueblo, y el paisaje de tuneras. Fruto de este trabajo es el Centro de Tratamiento e Interpretación de la Cochinilla (coloquialmente, el Museo de la Cochinilla), inaugurado en 2018, preservando así el patrimonio histórico y cultural del pueblo.




3. 
Ante todo, Chana es un referente cultural y social en la isla, uno de cuyos principales méritos ha sido visibilizar a la mujer en la política local. Ella abrió el camino —casi a codazos, soportando empujones— para las que vinieron después... 

Sin embargo, en mi opinión, Chana Perera hizo mucho más por las gentes de Mala. En un pueblo de pañoleta negra, donde los aires de la transición apenas comenzaban a sentirse, consiguió que hombres y mujeres se implicaran por igual en la vida del pueblo. Su papel como dinamizadora social, que trascendía su horario laboral, constituía para ella una forma de vida,  y que contagiaba a los demás. Funciones de teatro, playbacks, actividades infantiles y juveniles, una pequeña biblioteca escolar (un tesoro cuando aún no existía esa cosa llamada internet), asaderos, viajes de mayores (antes de que el Ayuntamiento viniera con el Imserso), asistencia para conseguir becas de estudios..., Chana lo hacía todo con una sonrisa. Yo recuerdo las fiestas del pueblo, con hombres y mujeres trabajando por la comunidad, hombro con hombro, y jugar en ese parque del colegio, con equipos de baloncesto mixtos, niños y niñas juntos. Bajo su manto, Mala vivió un boom en el que sus jóvenes tuvieron la opción de iniciar estudios universitarios, algo absolutamente nuevo e impensable veinte años antes. 

Puede que ella ni siquiera sea consciente de ello, pero Chana Perera cambió la vida de muchas personas, en ese pueblo que tanto ha amado. A unos, les abrió horizontes de futuro, y a otros, les cambió la forma de afrontar su presente.


4. Fuentes utilizadas:

1 comentario:

  1. La cantidad de mujeres que ha silenciado la historia. Y tantas anónimas que han hecho posible que las de ahora lo tengamos más fácil.

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